No me gusta el tequila, la juerga ni las mujerzuelas

sucia fe de muertos que me bendice más que una mano idolatra,
escupo cada uno de tus oráculos
mientras respondo a tus profecías mirándote como tu no te vez
mi laberinto es una trampa en cuya entrada está la salida;
ambivalente la materia se estimula a sí misma.
el oráculo te preguntará por el perdón
respóndele con culpa, reverencia y temor si eres sincera
abusa de tu reputación, luego besa la mejilla al demonio;
seducirnos no significa más que traicionarnos
y el deseo de masturbarnos los corazones juntos
vomitándonos amor en la cara
hablaré de asesinatos y plagios a tu espalda;
he pagado para odiarte entre miles  
los aspirantes alzaremos orgías de luz en honor a tu soledad y tristeza
cadáver insaciable, enamorada de tu propia melancolía,
entonaremos gustosos los himnos en tus caderas
cuando tu singular valentía se vuelva otra estrellita
en tu uniforme de mucama guerrera
con el honor de tus bailes nocturnos entre hombres
regresarás cada sorbo hacia el pasado con carabina en boca
como retorna el no muerto indigno de ser preciado
a su desmantelado féretro de almohadas y falso sosiego
entre túneles suntuosos, jugo de labios y embriaguez.
puedo escribir los versos mas agrios noche tras noche
el habito no hace al monje, sin embargo es mejor ser sincero:
la urbe danza en discos neo ilusionistas de hator,
el poeta moderno no se detiene en detalles verdaderos
los exigentes señores lectores del orto centro
solo se conmueven ante patrañas
ante un millón de sentimientos salpicados de necio aburrimiento,
en las aulas tu eres la respuesta a la perversa crónica
a las mentes insipientes que necesitan nutrirse de mierda,
tú a los corazones de leprosos das consuelo
y a los amantes poseídos das saciedad infinita
fabulosamente proyectada sobre la pasarela de la sensualidad.
en el arte eres prostitución y la amante del cielo
anenit sacude su vulva una y otra vez,
sin poder contener las contracciones del pecado jupiteriano;
adulterio y autocomplacencia,
abusa de tu reputación nuevamente cuando te presentes
disimularemos tu promiscuidad como al hijo rechazado
nos burlaremos después de tu glándula insaciable,
hablaremos a tu espalda y fornicaremos como oligofrénicos
expandiendo la infección de tu alma entre galerías de camas
cuando seductora exhibas a tus jóvenes rigurosos complacientes
como madre ejemplar sobre patíbulos sexuales
imprimirás en nuestros miembros tu marca de posesión
y el carmesí del doble mártir leporino que emana tu boca trasera
regará los rígidos silencios para tu beneficio 

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